Ese bastardo (y entrañable) 2015

Mientras espero que Khellensson se decida a darle caña al nuevo reto literario de 2016 (por mi parte he cumplido el de 2015), voy a hacer un breve repaso del año.

(Música para amenizar, de uno de mis grandes descubrimientos musicales del año)

2014 fue un año de buena cosecha lectora, y 2015 empezó muy bien… pero temas personales lo truncaron pronto. Digamos que perdí las ganas de leer y de todo, pero eso son otros temas.
Pese a todo, enero, julio, agosto y diciembre han actuado como focos lectores este año. Ha sido como el yonki que vuelve a por su droga, su necesitada droga. Y han resultado unas lecturas muy interesantes. A destacar, por orden de lectura:
El Espectroscopio del alma (E. P. Mitchell), por la sorpresa inesperada.
Uzumaki (Junji Ito), por la grima indeseada (pero buscada).
Salir de fase (José A. Cotrina), por el descubrimiento del año.
El Rito (Laird Barron), por lo mágico del terror añejo.
Pronto será de noche (Jesús Cañadas), porque Cañadas es mi sueño literario erótico.
Tormenta (Jim Butcher), porque he descubierto una gran saga a la que seguiré dando caña.
Un Lun Dun, porque China Miéville.
Una edad difícil (Anna Starobinets), porque es difícil no dejarse atrapar por Starobinets.
Tik-Tok (John Sladek), porque el humor absurdo me puede.
Ven y enloquece (Fredric Brown), because of reasons.
Lectores aéreos (Gabriella Campbell), por el hechizo de la brevedad.
Algo que me gustó mucho fueron las entradas de septiembre, dedicadas, en lugar de a novelas, a tres autores que me son muy queridos: Anna Starobinets, Robert Sheckley y Frederik Pohl. Si me animo caerán más como Miéville, Cotrina (cuando lea un poco más), Silverberg o Le Guin.

Pero también ha sido un año interesante porque publiqué una novela en junio. Fue escrita en mis ratos libres de 2013 y 2014, y condensa humor absurdo, ciencia ficción, historia y sociología (vamos, lo que me apasiona), y bueno, ya está por ahí rodando: Cómo pilotar una nave espacial. Tenía en mente lanzar un proyecto más al ruedo este diciembre, pero por cuestiones del directo no ha podido ser, y caerá en enero o febrero de este año. Dentro de poco, más noticias.
Este año le he dedicado más tiempo y esfuerzo a otro proyecto, Ad Absurdum, blog de Historia que llevo con unos colegas y que este año ha dado un paso de gigante al empezar un podcast con la SER y muchos más proyectos.


Not a Review, que cumple un año estos días, ha tenido altibajos. La idea nunca fue publicar mucho, pero cada mes me gustaría sacar alguna cosilla al ciberespacio. A ver si este año da para más en estos mundos blogueros y tuiteros (eso sí, aunque desaparezca ciertas temporadas, tened por seguro que sigo atentamente mis blogs y tuiteros de cabecera). Por lo pronto tengo en mente el festival Celsius y la Eurocon, y no sé si podré casar ambos eventos con mi calendario. A la Eurocon iré de cabeza (salvo mal mayor), y de hecho quiero darle caña al #ProyectoEurocon, pero sería doloroso perderse el Celsius.
Ay, las dudas.

3 Comentarios Agrega el tuyo

  1. MaríaT dice:

    Coincidimos en Cañadas y en Miéville. Sé que tengo que leer más de Cotrina, así que en este 2016 espero poder hacerlo.
    Buenas lecturas

    Le gusta a 1 persona

    1. bandinnelli dice:

      De Cotrina recomiendo mucho el que pongo en la entrada, «Salir de Fase», pero también «Luna de locos» y, sobre todo, «Mala racha».
      Tengo pendiente uno que todo el mundo alaba: «La canción secreta del mundo», y le tengo ganas al que va a sacar con Conde.

      Me gusta

      1. MaríaT dice:

        La canción secreta del mundo es impresionante la verdad, es de mis libros favoritos. Mi propósito este año es leer un poco más en digital, así que me me leeré los tres pronto (o eso espero) Su libro con Conde caerá el mismo día que salga a la venta.

        Le gusta a 1 persona

Deja un comentario